La segunda ola de COVID ya llegó y nos invita a reflexionar…
Primero poner blanco sobre negro, la realidad es que lo lógico es que haya restricciones y en alguna medida también lo es, que las mismas afecten de una u otra forma el sector al que pertenecemos.
Esta situación presenta un dilema, mantener el cuello fuera del agua o avanzar.
Es cierto que más allá de la situación coyuntural, hay miles de factores particulares que afectan de manera única, a cada uno de los que estamos en el mar. Pero hay una realidad que no es menor, al menos para todos aquellos que tienen la fuerza, la capacidad o resto. Cuando uno avanza se está manteniendo la cabeza fuera del agua.
No hace falta ser un optimista incorregible, y repetirse como un mantra que una crisis es una oportunidad. Simplemente basta con creer que la situación que se nos plantea, va a hacer que el avanzar sea más dificultoso, más lento, pero eso no lo hace imposible. Siempre hay proyectos que se pueden adecuar, islas o islotes que nos sirven como alicientes y nos dan perspectiva.
Por otro lado, flotar y dejar pasar la ola en sí mismo es improductivo, ya que al mirar atrás seguramente encuentres que estás más cerca del punto de partida que de donde habías planificado llegar.